Los aceites naturales son ideales para cuidar nuestra piel ya que son lo más parecido a nuestros propios aceites naturales pero potenciados y con distintas propiedades. Y no debes asustarte, no dejarán tu piel pesada e incluso pieles grasas pueden usarlos. Sólo depende de la forma de uso y los elegidos. Acá te contamos todo eso y más, para que puedas recobrar la vida y elasticidad en la piel de tu rostro.
Aceite de argán: Es uno de los más reconocidos ingredientes de muchas cremas hidratantes del mercado ya que su contenido de antioxidantes y además de ser rico en vitamina A y E. Permite devolver hidratación y elasticidad a tu piel. Es ideal para pieles apagadas, muy secas o maduras. ¿Cómo lo usas? Pon dos gotitas en tu mano, frótalo en tus manos y luego con pequeños toques lo vas esparciendo por tu rostro, especialmente en aquellas zonas más resecas. Luego aplica tu crema de rostro habitual. Te recomendamos usarlo especialmente en la noche, pero si sientes que tu piel aún sigue muy reseca, también puedes incorporarlo en tu rutina de cuidado de piel de día pues no obstruye los poros. Ojo que también es muy bueno para mantener tu cabello suave y manejable.
Aceite de rosa mosqueta: Este aceite es reconocido para eliminar manchas en la piel. Por lo mismo también es un excelente aliado para ayudarte a disminuir las estrías, por ejemplo. ¿La razón? Impulsa la renovación celular gracias a su alta concentración de vitamina E. La aplicación recomendada es igual que la anterior, pero ojo, este aceite SÓLO debe utilizarse de noche ya que sus propiedades para eliminar manchas hacen que la piel quede más delicada. Así que úsalo sólo de noche y no olvides usar durante el día siguiente protector solar. Con el uso prolongado verás como pronto irás eliminando las odiosas manchas en la piel y además tu piel se verá renovada.
Aceite de jojoba: Si buscas algo apto para la piel grasa, con el aceite de jojoba te irás a la segura. Lo primero es que es uno de los aceites más similares a aquellos que nosotros mismos generamos, por lo que su aceptación es casi inmediata por la piel. No es comedogénico (no tapa poros) y casi un 95% de su estructura son ceramidas. Este componente es ideal para curar o tratar problemas de acné, exceso de grasa o brillos, ya que las ceramidas, “engañan” a nuestro organismo haciéndolo creer que no necesita segregar más sebo y restaurando el equilibrio, sin descuidar la elasticidad y la hidratación. Inicialmente, te recomendamos usarlo de noche, y tan pronto se equilibre el exceso de brillo propio de la piel grasa, incorpóralo a tu rutina de día.
Aceite de pepita de uva: Tiene un alto contenido en antioxidantes, vitaminas C, D, E y betacaroteno. Fortalecen la piel y le dan más elasticidad disminuyendo así la formación de arrugas. Apto para cualquier tipo de piel y además es un excelente ingrediente en jabones para después del sol, por sus propiedades regeneradoras y sensación de alivio para la piel.
Aceite de almendras dulces: Es una fuente extraordinaria de vitaminas y minerales y está indicado para pieles con dermatitis, grietas o quemaduras ya que es muy hidratante y delicado. Además es muy útil para unirlo a tu shampoo o acondicionador pues ayuda a dejar el cabello más sano y suave.