¿No hay día en que no te duela la espalda? ¿Ya no sabes explicarte porque tanto malestar? Esta nota te demostrará que estás cometiendo muchos más errores de los que pensabas y que están afectando la salud de tu espalda.
- Levantar las cosas del suelo sin doblar las rodillas: Seguro que lo encuentras más cómodo o te incomoda doblar tanto las rodillas. Pero no doblarlas lleva a realizar un movimiento de basculación del cinturón lumbar acercando los cuerpos vertebrales y predisponiéndonos para pinzar un nervio o afectar el disco, porque reducimos los espacios entre las vértebras en esta acción. No importa si levantas un papel o una caja pesada, el riesgo es el mismo.
- Dormir de forma incorrecta: Las horas de sueño adecuadas son importantísimas, pero también la forma en que hagas ese descanso. La posición correcta de la espalda es vital para evitar problemas en tu espalda. La postura ideal para dormir es de costado con una ligera flexión de ambas rodillas, lo que se conoce como posición fetal. Nunca boca abajo, ya que las curvas se acentúan, hay que girar la cabeza hacia un costado para respirar, y todo esto genera, por las horas que pasamos durmiendo, una tensión estructural importante.
- Usar bolsos o mochilas de mala forma: Bolsos demasiado pesados o cargados sólo en uno de los hombros son también causantes de afecciones para nuestra espalda. Y ojo que esto también afecta a los niños, que muchas veces cargan mochilas muy pesadas.
- Postura incorrecta en las horas de trabajo: Gran parte de nuestro día lo pasamos en nuestros trabajos los cuales (en su mayoría) infieren estar mucho rato sentados. Muchas veces sólo buscamos una posición cómoda para el momento, pero no pensamos en cuanto podemos estar afectando nuestra espalda. Tener sillas ergonómicas y escritorios que también lo sean ayuda a nuestra postura. Hay cosas que dependen de nosotros, como por ejemplo: dejar el monitor a la altura de nuestra vista. Trabajar con nuestro antebrazo apoyado en el escritorio, o cuando usamos el mouse porque todo el peso se carga a nuestro cuello.
Cada cierto tiempo es importante levantarse de la silla y caminar brevemente: esto mejora nuestro retorno venoso y no deja que la tensión se acumule.